BESANA es una de mis palabras preferidas del español. Besana es un sustantivo femenino que tiene varios significados. La besana es el nombre que se le da al "primer surco que se abre en la tierra cuando se empieza a arar". Pero, por ampliación del significado, significa también "la labor de surcos paralelos que se hace con el arado".
Esta palabra me gusta por su forma y por su significado. Es una palabra sonora, exótica, poco utilizada y, en este sentido, humilde. Además, hace referencia a una realidad sencilla, rural, como es el trabajo de los labradores que aran la tierra. Sin embargo, también me parece una palabra curiosa y que expresa la grandeza de nuestro idioma: me parece muy extraordinario que los hablantes le hayan dado nombre al primer surco, ese que abre la ardua labor de arar el campo.
Recuerdo que aprendí esta palabra leyendo la biografía de Santa Teresa de Jesús. El autor se refería a los años juveniles de la fundadora de monasterios y escritora excepcional. Verdaderamente, la tarea que esta humilde mujer realizó en la Castilla del siglo XVI se asemeja a dura tarea de arar un campo en el que, más tarde, crecerá la mies.
Esta palabra también me recuerda a un pasaje de Platero y yo (1914), del gran poeta Juan Ramón Jiménez. Creo que es un pasaje hermoso y, por ello, lo voy a transcribir en este cuaderno:
LXXXV - EL OTOÑO
Ya el sol, Platero, empieza a sentir pereza de salir de sus sábanas, y los labradores madrugan más que él. Es verdad que está desnudo y que hace fresco.
¡ Cómo sopla el Norte ! Mira, por el suelo, las ramitas caídas; es el viento tan agudo, tan derecho, que están todas paralelas, apuntadas al Sur.
El arado va, como una tosca arma de guerra, a la labor alegre de la paz, Platero; y en la ancha senda húmeda, los árboles amarillos, seguros de verdecer, alumbran, a un lado y otro, vivamente, como suaves hogueras de oro claro, nuestro rápido caminar.
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